Lugar precioso y vistas increíbles, el personal amable también. La comida horrible, fritanga pura y 4 lechugas del supermercado, que servían en tuppers de cartón, me dió bastante vergüenza cuando sirvieron la comida, pues era un evento grande. Te cobran 2 euros por persona por servir la tarta que llevas y ni siquiera tenían espacio para meterla en la nevera, así que se quedó fuera hasta que se sirvió.