Ubicado en una antigua fábrica textil rehabilitada con mimo, este espacio diáfano de 500 m² interiores combina la autenticidad de su estructura original con la funcionalidad de un entorno contemporáneo. Reconvertido en galería de arte, conserva techos de más de 5 metros, vigas de madera vistas, cerchas metálicas trianguladas y un suelo continuo de hormigón pulido, lo que lo hace perfecto para rodajes, exposiciones, sesiones fotográficas, presentaciones o eventos corporativos.
El espacio interior es completamente abierto, sin obstáculos, y cuenta con un acceso amplio a través de un portón acristalado, facilitando la entrada de materiales, decorados o equipamiento técnico.
Como valor añadido, ofrece un patio exterior de otros 500 m², distribuido en tres alturas diferenciadas: una zona de grava y dos ajardinadas con árboles, que ofrecen un entorno natural y vistas abiertas a la montaña. Ideal para complementar el evento con zonas de descanso, instalaciones artísticas o actividades al aire libre.
Versátil, luminoso y lleno de personalidad, este espacio es una apuesta segura para proyectos que buscan algo diferente.